En el noveno aniversario del plebiscito, la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal recordó que los colombianos dijeron NO en 2016 y acusó a Santos y la izquierda de imponer un pacto ilegítimo con las FARC que nunca quedó blindado constitucionalmente.
En el marco del noveno aniversario del plebiscito en el que los colombianos rechazaron el acuerdo con las FARC, la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal lanzó duras críticas contra el expresidente Juan Manuel Santos y la izquierda, asegurando que el llamado “acuerdo final” carece de blindaje jurídico y no puede imponerse como una camisa de fuerza sobre la democracia.
“Hoy hace 9 años, las FARC, Juan Manuel Santos y la izquierda se robaron la voluntad de Colombia que dijo NO a ese narcoacuerdo. Eso que llaman acuerdo final no está blindado ni es camisa de fuerza. La democracia está primero”, expresó la congresista, quien recordó que la decisión popular del 2 de octubre de 2016 fue desconocida.
Cabal desmontó lo que calificó como un “mito político” en torno al supuesto blindaje constitucional del pacto firmado en 2016 en el Teatro Colón, argumentando que en realidad se trata de un acuerdo político con vigencia limitada y sometido en todo momento a la soberanía popular.
“Sobre el supuesto blindaje que dicen tiene el acuerdo con los terroristas de las FARC, hagamos algunas consideraciones constitucionales. Primero, su protección es solo temporal y transitoria hasta 2030; segundo, está subordinado a la Constitución y al control de la Corte Constitucional; tercero, en derecho no existen cláusulas pétreas: el derecho es vida y se mueve con las realidades; y cuarto, las propias sentencias de la Corte dejan en claro que la democracia tiene la potestad de decidir su desarrollo o su modificación”, recalcó.
Con estas palabras, la senadora subrayó que ningún pacto con grupos ilegales puede tener el poder de encadenar la democracia ni de imponerse sobre la soberanía de los colombianos.
Finalmente, Cabal envió un mensaje directo a quienes defienden el acuerdo como intocable: “La voluntad popular no se negocia. Ningún acuerdo con terroristas puede convertirse en un candado eterno contra la democracia. En Colombia, manda la soberanía del pueblo, no las imposiciones de la izquierda”.


















