La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal cuestionó el millonario gasto del Gobierno de Gustavo Petro en la llamada “Casa Colombia” durante la Expo Osaka 2025, calificándola como un nuevo ejemplo de derroche oficial sin resultados tangibles.
Bajo el hashtag #DerrochePetrista, la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal lanzó una nueva denuncia contra el Gobierno del presidente Gustavo Petro, señalando que el proyecto “Casa Colombia” en Japón —presentado como una vitrina para atraer inversión extranjera durante la Expo Osaka 2025— habría costado más de 11 millones de dólares, sin que existan pruebas concretas de los supuestos beneficios económicos anunciados por la administración.
Según la información revelada por Cabal, el costo total ascendió a USD $11.200.000, una cifra que equivale a cerca de 43 mil millones de pesos colombianos. Para la congresista, este gasto representa un nuevo capítulo en la serie de despilfarros del actual gobierno. “Hablan de promover inversión, pero lo único que lograron vender fueron 10 toneladas de lechona, algo que se consigue en cualquier local del Tolima sin necesidad de semejante derroche”, expresó.
De acuerdo con los documentos contables a los que tuvo acceso la senadora, el funcionamiento del pabellón colombiano entre abril y agosto de 2025 representó un gasto superior a 2.300 millones de pesos, lo que equivale a más de 461 millones mensuales. Dichos recursos se distribuyeron en contratos de personal, asesorías legales y contables, gastos de oficina, servicios públicos, viajes, comisiones fiduciarias y otros rubros administrativos.
“La famosa Casa Japón se convirtió en otro monumento al despilfarro petrista. Mientras el país se empobrece, el Gobierno malgasta los recursos en vitrinas de exhibición sin resultados reales”, enfatizó Cabal en sus declaraciones.
La iniciativa de la Casa Colombia fue promovida por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo junto con ProColombia, con el objetivo de posicionar al país como destino de inversión y turismo en Asia. Sin embargo, según la denuncia de la senadora, los supuestos acuerdos comerciales derivados del evento no han sido verificados ni confirmados oficialmente, lo que pone en entredicho la eficacia de la millonaria inversión.
La crítica de Cabal se inscribe en una serie de denuncias que ha venido realizando bajo la etiqueta #DerrochePetrista, con las que busca visibilizar lo que considera un manejo irresponsable de los recursos públicos por parte del Gobierno Nacional. En semanas anteriores, la senadora también cuestionó gastos relacionados con campañas institucionales y viajes oficiales, asegurando que el Ejecutivo privilegia la imagen política sobre los resultados concretos para los ciudadanos.
En este caso, la congresista del Centro Democrático subraya que, mientras el país enfrenta una desaceleración económica, aumento del desempleo y crisis en sectores productivos como el agrícola y el energético, el Gobierno insiste en proyectos “vistosos, pero improductivos” en el exterior.
“Es una muestra más de cómo este Gobierno prefiere gastar en propaganda internacional antes que resolver los problemas reales del país: la pobreza, la inseguridad y la falta de oportunidades para los jóvenes y el campo”, agregó la senadora, quien reiteró su compromiso de seguir fiscalizando el uso del dinero público.
El caso de la Casa Colombia en Japón se suma a las polémicas por los gastos en representación internacional del actual gobierno, que en reiteradas ocasiones ha sido cuestionado por la oposición por destinar grandes sumas a eventos de promoción sin rendición de cuentas clara sobre los resultados.
Mientras tanto, desde el Ejecutivo no se ha emitido una respuesta oficial a la denuncia. Sin embargo, fuentes cercanas a ProColombia han defendido el proyecto argumentando que forma parte de la estrategia de internacionalización del país y que los beneficios económicos podrían evidenciarse a mediano plazo.
Para Cabal, estas explicaciones no son suficientes. “En un país donde cada peso cuenta, gastar 43 mil millones para vender 10 toneladas de lechona es una burla a los colombianos. El cambio que prometieron terminó siendo un derroche monumental”, concluyó.


















