El coronel en retiro Félix Juan Carlos Araque Leal, imputado por su presunta participación en los denominados «falsos positivos» en el Huila, ha dado un nuevo giro en su caso al asegurar que el proceso en su contra es un montaje.
Araque, quien enfrenta la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) por su supuesto involucramiento en ejecuciones extrajudiciales, ha decidido interponer una acción de nulidad para anular la imputación, apoyándose en una serie de grabaciones que, según su defensa, demostrarían su inocencia.
El caso del coronel Araque cobró relevancia tras su imputación por los asesinatos de civiles presentados como bajas en combate entre 2005 y 2008, un periodo oscuro en el que más de 200 personas fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales en el departamento del Huila. Araque, que inicialmente había aceptado su responsabilidad ante la JEP, se retractó posteriormente, argumentando que su confesión se basó en un asesoramiento legal defectuoso.

Audios que cuestionan la imputación
La defensa del coronel, encabezada por el abogado Víctor Mosquera Marín, presentó ante la JEP una serie de audios que presuntamente muestran que varios excompañeros de Araque, quienes participaron en los encuentros restaurativos de la jurisdicción, habrían confesado actividades delictivas y admitido que incriminaron injustamente al coronel. Según Mosquera Marín, los comparecientes en los audios revelan que implicaron a Araque con el fin de obtener beneficios procesales, una estrategia que la defensa considera ilegal y que, de acuerdo con ellos, debería llevar a la anulación del proceso.
“Esta nulidad se basa en grabaciones donde algunos comparecientes confiesan actividades delictivas y reconocen que estaban faltando a la verdad para incriminar al señor Araque”, señaló la firma de Mosquera Marín en un comunicado oficial.
La Procuraduría cuestiona la validez de las pruebas
A pesar de la contundencia con la que la defensa del coronel Araque ha presentado estos audios, la Procuraduría General de la Nación ha manifestado serias dudas sobre la legalidad de estas pruebas. Según la Procuraduría, las grabaciones podrían haber sido obtenidas de manera clandestina, lo que las haría inadmisibles dentro del proceso judicial. Además, han señalado que estos audios podrían violar la confidencialidad de los encuentros restaurativos, que están protegidos por la normativa de la JEP para fomentar el diálogo y la búsqueda de la verdad sin comprometer a los comparecientes.
En este sentido, la Procuraduría solicitó a la JEP que el caso del coronel Araque sea remitido a la Fiscalía General de la Nación, lo que implicaría su expulsión de la jurisdicción especial y permitiría que el exmilitar rebatiera las pruebas en un escenario judicial ordinario. Asimismo, la entidad pidió investigar la validez de los audios y la actuación de los abogados que han representado al coronel, insinuando una posible falta disciplinaria en su asesoría legal.
Por su parte, el abogado Mosquera Marín ha defendido la legalidad de las grabaciones, señalando que, de acuerdo con precedentes judiciales, estas pruebas pueden ser obtenidas durante los encuentros restaurativos sin que se vulneren los derechos de los participantes.
La complejidad del caso Araque
El proceso contra el coronel Araque en la JEP continúa siendo altamente complejo y lleno de tensiones, especialmente en torno a la validez de las pruebas presentadas y la legalidad de los procedimientos empleados. Las autoridades judiciales deberán determinar si las grabaciones presentadas por la defensa son admisibles y si efectivamente prueban que el coronel fue víctima de un montaje, como él asegura.
Por ahora, la JEP sigue evaluando las pruebas y las solicitudes de las partes, mientras que las víctimas de los falsos positivos en el Huila, entre ellas más de 200 familias, continúan esperando que se haga justicia y se esclarezcan los hechos. El caso del coronel Araque, con sus implicaciones tanto judiciales como morales, es un recordatorio de los retos que enfrenta la JEP en su búsqueda de verdad, justicia y reparación en un país marcado por décadas de conflicto armado.