El respaldo anunciado por Álvaro Álvarez Isaza confirma el cumplimiento del compromiso político asumido por María Fernanda Cabal y refuerza la cohesión del Centro Democrático
El uribismo en Bogotá dio una señal clara de unidad, coherencia y disciplina política. Tras la designación de Paloma Valencia como la dirigente que hoy recoge las banderas del movimiento, el cabalismo en la capital anunció su respaldo, confirmando el cumplimiento del compromiso asumido previamente por María Fernanda Cabal, quien había dejado claro que apoyaría sin reparos a cualquiera de las tres precandidatas que resultara elegida dentro del Centro Democrático.
El anuncio fue hecho público por Álvaro Álvarez Isaza, candidato a la Cámara de Representantes, quien expresó de manera directa el respaldo del equipo Cabal en Bogotá a la senadora Paloma Valencia. “Un saludo muy especial para nuestra senadora Paloma Valencia, nuestra próxima presidenta de Colombia. De mi parte, de nuestro equipo y del equipo Cabal, vamos a apoyar a la próxima presidenta de Colombia, Paloma Valencia”, afirmó.
Este espaldarazo no solo ratifica la palabra empeñada por Cabal, sino que marca un momento clave de reagrupación interna dentro del uribismo, en un escenario político que exige cohesión frente a los retos nacionales y a la coyuntura que atraviesa el país bajo el gobierno de Gustavo Petro.
María Fernanda Cabal, quien fue precandidata presidencial del Centro Democrático, había sido enfática durante todo el proceso interno en un punto central: la prioridad debía ser la unidad del partido. En reiteradas ocasiones manifestó que respaldaría a quien resultara elegida entre Paloma Valencia, Paola Holguín o ella misma, entendiendo que el verdadero desafío no era la competencia interna, sino la construcción de una alternativa sólida de poder.
Hoy, ese compromiso se materializa en Bogotá, una de las plazas políticas más relevantes del país. El cabalismo, que cuenta con una estructura nacional fuerte, bases activas y liderazgos regionales consolidados, comienza a orientar su respaldo de manera organizada, enviando un mensaje claro tanto al interior del partido como a la opinión pública: el uribismo avanza unido.
El apoyo a Paloma Valencia también representa un reconocimiento a su trayectoria, a su firmeza ideológica y a su papel dentro del Centro Democrático. Para amplios sectores del uribismo, Valencia encarna hoy la continuidad de los principios que han definido al movimiento desde su origen: defensa de la seguridad, institucionalidad, libertad económica y oposición frontal al proyecto político del petrismo.

Bogotá, donde tradicionalmente la derecha ha enfrentado mayores desafíos electorales, se convierte ahora en un escenario clave para la consolidación de esta unidad. El respaldo del cabalismo en la capital fortalece la estructura política de Paloma Valencia y envía una señal de orden y disciplina que resulta fundamental de cara a las próximas contiendas electorales.
Este movimiento también permite disipar lecturas equivocadas sobre supuestas fracturas internas. Lejos de una ruptura, lo que se observa es una transición ordenada, en la que el liderazgo de María Fernanda Cabal sigue siendo determinante, no como factor de división, sino como eje articulador de una fuerza política que entiende la importancia de actuar de manera cohesionada.
La decisión del cabalismo de alinearse con Paloma Valencia confirma que la palabra política tiene valor y que los compromisos asumidos en escenarios internos no fueron simples declaraciones, sino acuerdos destinados a cumplirse. En momentos de alta polarización y desconfianza en la política, este gesto adquiere un significado adicional.
Con este respaldo, Paloma Valencia no solo recoge las banderas del uribismo, sino que empieza a consolidar apoyos clave que le permitirán fortalecer su proyecto político. Al mismo tiempo, el cabalismo demuestra que su fuerza no radica únicamente en una candidatura, sino en su capacidad de incidir, ordenar y construir unidad dentro del Centro Democrático.

















