Senadora Cabal denuncia operación digital internacional contra Uribe financiada con dineros públicos
La líder de la oposición y precandidata presidencial María Fernanda Cabal denunció la existencia de una campaña internacional de guerra digital contra Álvaro Uribe, presuntamente financiada con recursos públicos y ejecutada desde bodegas extranjeras. Acusó al gobierno de usar el aparato estatal para perseguir a la oposición y advirtió: “Estamos listos para esta guerra, no nos van a silenciar”.
En un encendido discurso ante el Congreso de la República, la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal lanzó una grave denuncia que sacude los cimientos del debate democrático en Colombia: una operación digital internacional, orquestada con dineros públicos, estaría dirigida a destruir la imagen del expresidente Álvaro Uribe Vélez y a silenciar a la oposición política a través de campañas masivas de desprestigio, calumnia y manipulación en redes sociales.
Desde la plenaria del Senado, Cabal advirtió que lo que se está gestando no es simplemente una batalla política, sino una estrategia sistemática y peligrosa que convierte la mentira en arma y la opinión contraria en blanco de exterminio digital. “Condenar al presidente Álvaro Uribe no es solo un acto contra un hombre: es una afrenta al legado que devolvió la esperanza a millones de colombianos”, sentenció con fuerza.
La senadora aseguró que esta operación no tiene precedentes en la historia reciente del país. Según los datos expuestos en su intervención, el 67 % del contenido en redes sociales relacionado con Uribe está estratégicamente diseñado para destruir su imagen. Y lo más alarmante: buena parte de esta ofensiva no proviene de Colombia. “El 28 de julio, el 27 % de los ataques al presidente vinieron desde Francia; el 13 % desde Venezuela y el 11 % desde México”, denunció.
Con una voz firme y sin titubeos, María Fernanda Cabal expuso la forma en la que, según ella, se ha diseñado esta operación. “Han conformado bodegas financiadas con recursos públicos que se encargan de masacrar digitalmente a todo aquel que piense distinto”, afirmó.
Estas “bodegas prepago”, como las denominó, son parte de una maquinaria que transforma la calumnia en herramienta política. “De las bodegas prepago se pasa a la calumnia, y de la calumnia a las balas”, alertó, insinuando que detrás de estas campañas podría haber consecuencias más allá del mundo digital, incluso en materia de violencia física.
La campaña, que según Cabal se concentra mayoritariamente en TikTok, Instagram y Facebook, busca imponer una narrativa mentirosa, una distorsión planificada de la realidad. “Es una campaña internacional digital para imponer una narrativa mentirosa, y están usando el dinero de los colombianos para financiarla”, denunció con dureza.
Pero la senadora no se limitó a la denuncia: advirtió que no permitirá que el uribismo ni la oposición sean silenciados por estas prácticas oscuras. “A esos enemigos de la democracia y amantes de las dictaduras que les fascina correr la línea ética, estamos listos para la guerra digital. Cada sicario digital y sus jefes deberá responder ante la justicia y el país”, sentenció.
El discurso de Cabal marca un punto de quiebre en el ambiente político nacional. En medio del juicio que enfrenta el expresidente Álvaro Uribe, y ante una institucionalidad cada vez más tensionada, la senadora propone una lectura radical y provocadora de los hechos: lo que está en juego no es solo la imagen de Uribe, sino el modelo de país que representó y que aún hoy moviliza a millones de colombianos.
Para la senadora, el propósito último de esta campaña es claro: destruir al uribismo como fuerza política, deslegitimar su legado, y consolidar un relato único dominado por una izquierda cada vez más radicalizada y alineada con los regímenes autoritarios de la región. “Esta no es una discusión jurídica ni una disputa de narrativas: es un intento de aniquilamiento simbólico, y no lo vamos a permitir”, dijo.
María Fernanda Cabal, quien ha manifestado su intención de aspirar a la Presidencia en 2026, se posiciona, así como la principal voz de resistencia frente a lo que considera un plan deliberado para socavar las bases de la democracia colombiana. Su discurso no solo denuncia, sino que convoca: a las bases del uribismo, a los defensores de las libertades, y a quienes se niegan a someterse a la censura disfrazada de justicia digital.
Mientras tanto, la pregunta queda en el aire y golpea como un eco incómodo en las paredes del Congreso: ¿quién está detrás de esta guerra digital? ¿Quién autoriza el uso de recursos públicos para aniquilar políticamente al adversario? ¿Y por qué callan las instituciones?