Colombia se desangra mientras Petro guarda silencio: Cabal denuncia entrega del país al terrorismo
Con más de 18 ataques en menos de 24 horas, La aspirante presidencial por el partido Centro Democrático María Fernanda Cabal acusó al gobierno Petro de complicidad por omisión, y advierte que la “Paz Total” ha sido un salvavidas para el terrorismo.
Colombia amaneció bajo fuego. Explosiones, hostigamientos y asesinatos marcaron una jornada de terror en varios departamentos del país, mientras el presidente Gustavo Petro guarda silencio o divaga en discursos ideológicos lejanos de la realidad.
En este panorama de incertidumbre, la senadora y aspirante presidencial María Fernanda Cabal elevó una crítica frontal y sin tapujos: “¿Petro, es que le terminó de entregar el país a los terroristas? Si le quedó grande defender a los colombianos, renuncie”.
La arremetida de Cabal llega en medio de una escalada violenta que ha dejado, solo en las últimas horas, múltiples atentados con carros bomba, hostigamientos contra bases militares, asesinatos de policías y ataques contra la infraestructura urbana.
Mientras la ciudadanía intenta procesar el impacto del atentado sicarial del que fue víctima el también senador y precandidato Miguel Uribe Turbay en Bogotá, el país se desangra en regiones como Cauca y Valle del Cauca, donde las disidencias de las FARC han activado artefactos explosivos y ejecutado una estrategia de terror simultáneo.
“Qué indignación ver cómo al país se lo toma el terrorismo minuto a minuto mientras Petro está de brazos cruzados”, escribió Cabal en su cuenta de X (antes Twitter), detallando cómo, en apenas unas horas, se registraron dos atentados con carros bomba: uno en El Bordo, Patía (sur del Cauca), y otro en el parque principal de Corinto. Ambos cerca de estaciones de Policía. A estos se suman cilindros-bomba instalados en la vía recta entre Cali y Palmira, zona clave del suroccidente del país.
Para la senadora del Centro Democrático, estos hechos son una demostración del fracaso absoluto de la “Paz Total” que pregona el presidente Petro. “Estos hechos reafirman que la paz no se negocia, se impone”, sentenció, cuestionando el enfoque blando y permisivo del Gobierno con grupos armados que, en la práctica, están mejor armados, mejor organizados y hoy más envalentonados que nunca.
Cabal también apuntó a un dato inquietante: el exembajador Armando Benedetti, protagonista de varios escándalos del petrismo, anticipó “curiosamente” en una intervención a medios de comunicación los hechos de violencia del país un día antes de que se desatara esta ofensiva terrorista. “Van 18 ataques terroristas desde la madrugada y no se ve la respuesta del gobierno”, denunció la senadora, dejando en el aire una pregunta incómoda: ¿qué sabía Benedetti y por qué no se actuó preventivamente?
La escalada violenta no es menor. Según los datos compartidos por Cabal, en menos de 24 horas se registraron los siguientes hechos:
- Hostigamientos armados en Jamundí (Valle del Cauca).
- Instalación de cilindros bomba en la vía Palmira.
- Hostigamiento en Corinto (Cauca) con saldo de un policía asesinado.
- Ataques a la base militar de Quebrada Seca, también en Corinto.
- Atentado contra la estación de Policía en Buenos Aires (Cauca).
- Plan pistola en Caloto (Cauca) con otro policía muerto.
- Intento de detonación de explosivo en Jamundí.
- Atentados terroristas contra el CAI de Meléndez (Cali), donde murieron dos civiles.
- Otro ataque contra el CAI del barrio Beltrán, también en Cali.
- Explosión de una buseta bomba en el peaje de Villa Rica, sobre la vía Panamericana.
Cada uno de estos actos no solo representa una afrenta directa al Estado de Derecho, sino una muestra de que los grupos armados no le temen al gobierno, sino que lo desafían abiertamente. Mientras tanto, el presidente Petro ha preferido enredarse en discursos geopolíticos sobre Palestina, la OTAN y el cambio climático, mientras Colombia arde desde sus raíces.
Para Cabal, el Gobierno no solo ha sido negligente, sino cómplice por omisión. “Si le quedó grande defender a los colombianos, renuncie”, lanzó sin titubeos, elevando la presión sobre un presidente cada vez más cuestionado por su desconexión con la realidad, su falta de reacción frente al terrorismo y su obstinación con un modelo de diálogo que no ha hecho más que fortalecer a los violentos.
La ciudadanía observa con angustia cómo el país parece entregado a su suerte. La “Paz Total” se ha transformado, en la práctica, en una guerra sin cuartel donde los únicos desarmados son los ciudadanos de bien, mientras los violentos gozan de indulgencia, micrófonos y, en muchos casos, hasta protección oficial.
Mientras tanto, en Bogotá, aún resuena el eco de las balas que buscaron silenciar a Miguel Uribe. Las preguntas se multiplican, los responsables se diluyen y la respuesta institucional brilla por su ausencia. En este contexto, las voces como la de Cabal adquieren más peso, más urgencia y más eco. Porque hoy, más que nunca, el país parece no tener quién lo defienda.