El líder social y coordinador territorial de Asoquimbo, fue asesinado el pasado sábado 16 de noviembre en Campoalegre, Huila. Asoquimbo exige al Gobierno Nacional y a las autoridades locales esclarecer el crimen.
El asesinato de Isidoro Bautista Ortiz, líder social y coordinador territorial de la Asociación Campesina y de Afectados por el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo (Asoquimbo), ha encendido las alarmas sobre la creciente violencia contra líderes sociales en Colombia. Bautista, de 47 años y reconocido por su labor como defensor de los derechos de los pescadores artesanales en Huila, fue atacado por sicarios el pasado sábado 16 de noviembre en Campoalegre, Huila.
El ataque ocurrió a las afueras de un establecimiento comercial en la Calle 16 con carrera 9 de Campoalegre. Según testigos, dos hombres en motocicleta llegaron al lugar y, sin mediar palabra, dispararon en tres ocasiones contra Bautista. Gravemente herido, fue trasladado inicialmente al centro de salud local y luego al Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo de Neiva, donde falleció el lunes 18 de noviembre debido a las lesiones que comprometieron órganos vitales.
Este asesinato no es un hecho aislado. Según Asoquimbo, Bautista había denunciado amenazas en su contra durante un encuentro reciente sobre medidas de autoprotección, realizado con apoyo del Fondo de Fortalecimiento y Protección. Estas amenazas fueron informadas públicamente, pero no se tomaron medidas efectivas para proteger su vida.


Un contexto de violencia sistemática
Asoquimbo ha denunciado desde 2023 la sistemática violación de derechos humanos que afecta a pescadores artesanales en los municipios de Gigante, Hobo y Campoalegre. El 28 de junio de ese año, la organización emitió una alerta temprana tras registrar hostigamientos, amenazas y asesinatos contra sus integrantes.
El 17 de julio de 2023, Asoquimbo sostuvo una reunión con el Ministerio del Interior para exigir garantías de seguridad, incluyendo la inscripción de sus dirigentes en el programa de prevención y protección de la Unidad Nacional de Protección (UNP). Sin embargo, los trámites de evaluación de riesgo no se han traducido en medidas concretas para salvaguardar la vida de sus integrantes.
En un espacio de construcción de planes de autoprotección realizado a inicios de noviembre de 2024, Bautista expresó su preocupación por las constantes amenazas en su contra. Apenas un día antes de su asesinato, el equipo jurídico de Asoquimbo presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la Nación para que se investigaran las intimidaciones en su contra.
Exigencias de justicia y protección
Asoquimbo ha solicitado de manera enérgica al Gobierno Nacional, la Fiscalía, la Policía Nacional, la Defensoría del Pueblo y la Personería Municipal de Campoalegre que se adelanten investigaciones inmediatas para esclarecer los móviles del crimen y determinar los responsables. Además, exigen la implementación de acciones urgentes para garantizar la seguridad de los más de 300 campesinos, pescadores y barequeros artesanales que integran la organización.
“Es inadmisible que, pese a las reiteradas denuncias y la solicitud de medidas de protección, las autoridades hayan ignorado nuestras alertas. Hoy lamentamos la pérdida de un líder invaluable que dedicó su vida a defender los derechos de nuestra comunidad”, expresó un portavoz de Asoquimbo.
La lucha de Isidoro Bautista
Bautista no solo era coordinador territorial de Asoquimbo, sino también directivo de la Asociación de Pescadores Artesanales Asoguácimo. Su trabajo estuvo enfocado en la defensa de los derechos de las comunidades afectadas por el proyecto hidroeléctrico El Quimbo, una iniciativa que ha generado tensiones en la región debido a su impacto social y ambiental.
Su asesinato se suma a una lista alarmante de líderes sociales que han sido silenciados en Colombia. Según cifras de organizaciones defensoras de derechos humanos, Huila es uno de los departamentos con mayores índices de violencia contra líderes comunitarios.