María Fernanda Cabal denuncia que las muertes de miembros de la fuerza pública reflejan el colapso del Estado y el engaño de la “paz total”. Propone recuperar la autoridad y devolverle el respeto a quienes defienden al país.
En Colombia, las cifras de la violencia ya no sorprenden: duelen. Solo entre enero y agosto de 2025, 132 miembros de la fuerza pública fueron asesinados y 537 resultaron heridos. Son vidas truncadas que revelan lo que la senadora María Fernanda Cabal viene advirtiendo desde hace años: que la llamada “paz total” no trajo tranquilidad, sino un país entregado a la criminalidad.
“Cada uniformado caído es una derrota moral del Estado. No podemos seguir llamando paz a lo que es rendición”, afirma Cabal.
Para la precandidata presidencial, la estrategia del gobierno de Gustavo Petro se convirtió en una política de complacencia con los grupos ilegales. “A los bandidos los llaman actores de conflicto; a los policías y soldados, obstáculos para la paz. Es el mundo al revés”, critica.
Las estadísticas del propio Ministerio de Defensa, bajo los ministros Iván Velásquez y Pedro Sánchez, confirman que los ataques contra la fuerza pública no se detuvieron. En muchas regiones del país, los grupos armados imponen normas, cobran impuestos y controlan el territorio mientras el Estado mira hacia otro lado.
Cabal insiste en que la raíz del problema es ideológica. “Desmontaron la autoridad y con ella la esperanza de seguridad. La paz total se volvió una excusa para justificar la inacción”, asegura.
En su discurso “Poner orden en la casa”, la senadora plantea una visión opuesta: un Estado que respete su propio lema, Libertad y Orden, y que no tenga miedo de hacer cumplir la ley. “No hay desarrollo sin autoridad. La primera justicia es la seguridad”, repite.
Para ella, las cifras de asesinatos de policías y soldados son un llamado urgente a cambiar el rumbo político del país. “Colombia no necesita un presidente que se arrodille ante los violentos, sino uno que proteja a su gente. Por eso estoy aquí, porque amo a esta patria y no la voy a dejar caer”, afirma.
Cabal propone una nueva doctrina de seguridad que devuelva el respeto a las Fuerzas Militares y el control al Estado. “El país no puede acostumbrarse a enterrar héroes. Si queremos paz, empecemos por defender a quienes nos cuidan”, sentencia.
Y remata con una frase que se ha convertido en su bandera:
“No hay paz sin orden, ni orden sin autoridad. Es hora de poner orden en la casa”.


















