La senadora y aspirante presidencial alzó su voz con dureza en el foro convocado por el expresidente ÁlvaroUribe y dejó claro que Colombia necesita una mano firme, no más pactos con criminales ni gobiernos que desprecian a sus soldados.
Con tono firme, sin concesiones y con el temple de quien no le teme al costo político de decir la verdad, la senadora María Fernanda Cabal sacudió el escenario del foro sobre seguridad nacional liderado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Allí, ante la élite política y académica del país, Cabal hizo una radiografía descarnada del Estado colombiano: un Estado que, según ella, “abandona a sus héroes, arrodilla su autoridad y entrega su soberanía al crimen”.
“No hay ningún ejército en el mundo que pelee sin fuero militar. En Colombia el fuero es una farsa. A nuestros soldados los dejan solos, los juzgan como criminales por hacer su trabajo, mientras las ONG de izquierda y sus aliados internacionales se encargan de destruir su honra con propaganda sucia y cobarde”, afirmó con dureza.
Y fue más allá: “Yo no prometo, me comprometo. Vamos a restablecer el fuero militar para que nuestra Fuerza Pública vuelva a tener garantías judiciales y no esté más a merced de fiscales politizados ni de jueces militantes del progresismo”.
“Este país se le entregó al crimen”
Para Cabal, la situación del país no es una crisis transitoria, es el resultado de años de claudicación ante el delito. “La paz no se negocia, la paz se impone con la fuerza de la autoridad y de la ley. No más territorios controlados por el crimen mientras el Gobierno se sienta a negociar con los verdugos del pueblo”, denunció, al advertir que los corredores del narcotráfico y la extorsión siguen intactos, mientras los líderes regionales son asesinados impunemente.
Su visión no admite ambigüedades: “Vamos a elevar la seguridad a una política de Estado, sagrada, intocable y prioritaria. Ningún presidente podrá volver a jugar con la vida de los colombianos, como lo hace hoy este gobierno irresponsable y complaciente con el crimen”.
Cabal también arremetió contra las decisiones que debilitaron la lucha contra el narcotráfico, como la suspensión de la aspersión con glifosato. “Se inventaron que el glifosato daba cáncer en un consejo de política criminal del 2014. ¡Qué triunfo el de la mentira progresista! El glifosato es uno de los descubrimientos más útiles de la ciencia, y lo convirtieron en un demonio. Hoy los cultivos de coca están desbordados, y nadie responde”.
«No más impunidad disfrazada de paz»
Para la aspirante presidencial, el modelo de «paz total» no es más que una estrategia de impunidad disfrazada de diálogo. “La política de paz no puede estar por encima de la seguridad. Primero se somete al criminal, después, si acaso, se dialoga. El garrote antes que la zanahoria. Esa es la verdadera ecuación del orden”, sentenció.
Frente a una audiencia integrada por precandidatos de distintas corrientes —incluidos Enrique Peñalosa, Francisco Barbosa, Mauricio Cárdenas, Jaime Pumarejo y Juan Guillermo Zuluaga—, Cabal fue la única en hablar sin rodeos sobre la necesidad de recuperar el monopolio de la fuerza y acabar con la política de apaciguamiento.
“La seguridad debe volver a ser prioridad nacional. No podemos seguir gobernados por una izquierda que odia a los soldados y premia a los criminales. Conmigo en la Presidencia, no habrá más zonas de despeje, ni más mesas de diálogo que humillen al pueblo colombiano”, aseguró.
“La vida de los héroes no se negocia”
Cabal cerró su intervención con una defensa firme de la Fuerza Pública, la misma que —según ella— ha sido perseguida y humillada por años. “No hay Nación, Estado ni democracia sin soldados ni policías. Ellos deben ser tratados con respeto, no como enemigos internos. Hoy están solos, perseguidos y traicionados. Eso se va a acabar”.
El mensaje final de la senadora fue una advertencia contundente al país: “Los colombianos deben saber que conmigo la paz no se negocia con criminales. Se impone con autoridad, con justicia y con fuerza. El 2026 no es una elección más: es el momento de recuperar a Colombia de las manos del desgobierno, del miedo y de la traición”.