Lester Toledo: el estratega venezolano que desató una tormenta interna en el Centro Democrático
El retiro de AtlasIntel, las acusaciones de manipulación y la influencia de un asesor extranjero, desatan la peor crisis del uribismo en vísperas de definir su candidato presidencial para 2026.
El Centro Democrático, emblema del uribismo y principal fuerza opositora al gobierno de Gustavo Petro, atraviesa una de sus peores crisis desde su fundación. A pocos días de definir a su candidato presidencial para las elecciones de 2026, el partido enfrenta un terremoto interno que amenaza con fracturar sus cimientos.
La encuestadora AtlasIntel, encargada de realizar el sondeo que debía definir al candidato único del partido, anunció su retiro del proceso alegando “riesgo reputacional”. La decisión dejó al descubierto tensiones, sospechas de manipulación y acusaciones cruzadas entre los equipos de campaña.
En el centro de la controversia hay un nombre que ha comenzado a resonar con fuerza entre las bases uribistas: Lester Toledo, un consultor político venezolano señalado de estar detrás de una estrategia para dividir al partido desde adentro.
¿Quién es Lester Toledo?
Toledo fue dirigente del partido Voluntad Popular en Venezuela, fundado por Leopoldo López, y asesor del exalcalde David Smolansky. Actualmente, se presenta como consultor político y director de la firma Salto Ángel Consulting, con experiencia en campañas en varios países de América Latina.
Sin embargo, su trayectoria está marcada por la polémica. En El Salvador sus servicios generaron controversia, y en Venezuela se le asocia con sectores de la oposición que, según sus críticos, terminaron debilitando el frente contra el régimen de Nicolás Maduro.
Y aunque en Colombia Toledo ha intentado proyectar una imagen de profesionalismo y transparencia, su pasado lo persigue.
El empresario estadounidense Marvin Autry, integrante de la ONG “Project Cure” en Texas, denunció que Toledo lo estafó con 25.000 dólares, dinero que supuestamente sería destinado al envío de un contenedor de ayuda humanitaria valorado en medio millón de dólares para el Hogar Clínica San Rafael, en Maracaibo (Venezuela).
Según Autry, Toledo se presentó como “coordinador internacional” de la ayuda humanitaria promovida por Juan Guaidó en Cúcuta, y usó su cercanía con la oposición venezolana como fachada para obtener los fondos. “Me engañó con una promesa falsa y nunca cumplió”, declaró el empresario.
Hoy, en Colombia, Toledo es uno de los asesores más cercanos al precandidato Miguel Uribe Londoño, hijo del fallecido senador Miguel Uribe Turbay. Su influencia en la campaña ha levantado fuertes suspicacias dentro del partido.
El quiebre con AtlasIntel
El conflicto estalló cuando Miguel Uribe Londoño cuestionó públicamente la imparcialidad de AtlasIntel, insinuando que la encuestadora favorecería a su principal rival interna, la senadora María Fernanda Cabal.
Cabal, según el tracking digital de Guarumo y EcoAnalítica con corte al 31 de octubre de 2025, lidera la preferencia entre los uribistas y se posiciona como una de las figuras más fuertes de la oposición de cara a las presidenciales de 2026.
El Observatorio de Mercadeo (Odem) de la Universidad Ean confirmó la tendencia: Cabal es también la precandidata del Centro Democrático con mayor presencia en la conversación digital, con más de 95.000 menciones de 34.400 autores entre mayo y octubre.
En ese contexto, el 6 de noviembre, Miguel Uribe —presuntamente bajo la asesoría directa de Toledo— envió una carta al director del partido, Gabriel Vallejo, denunciando “sesgos” y “conflictos de interés” en la encuestadora. Días después, AtlasIntel anunció su retiro, señalando que el ambiente de desconfianza hacía imposible continuar.
La salida de la firma brasileña desató una ola de indignación entre las bases uribistas, que acusan a Toledo de haber presionado la decisión para deslegitimar un proceso que no favorecía a su candidato.
La “quinta columna” dentro del uribismo
El concejal antioqueño Andrés “Gury” Rodríguez fue uno de los primeros en advertir sobre lo que considera una “infiltración” en el partido. Según él, Toledo sería parte de un grupo de asesores extranjeros que “han intentado socavar al Centro Democrático desde adentro”.
Rodríguez invoca un concepto clásico de guerra política: la “quinta columna”, es decir, la estrategia de infiltrar una organización para destruirla desde su interior.
Además, recordó que Toledo habría estado vinculado a la campaña de Albert Corredor, aliado del exalcalde Daniel Quintero y cercano al bloque de izquierda que apoya al gobernador Carlos Caicedo.
Para muchos dentro del uribismo, el patrón es claro: un operador político con pasado dudoso que se mueve entre campañas y partidos, siempre generando división y desconfianza.
Ecos del pasado venezolano
Lo que ocurre hoy en el Centro Democrático recuerda inevitablemente lo sucedido en Venezuela hace una década. La división entre Henrique Capriles, Leopoldo López y María Corina Machado terminó por fracturar a la oposición y permitir la consolidación del chavismo en el poder.
María Corina Machado entendió después que la única salida era la unidad y la movilización ciudadana, pero para entonces ya era tarde. La división había servido al régimen.
Hoy, varios analistas advierten que el uribismo corre el mismo riesgo. Un Centro Democrático dividido podría dejar el camino libre para la consolidación del proyecto político que gobierna desde la Casa de Nariño.
La crisis de confianza y el futuro del partido
El partido enfrenta un desafío mayúsculo: recomponer la confianza, no solo entre los electores, sino también entre sus propios líderes.
Miguel Uribe Londoño ha propuesto realizar una nueva encuesta “con mecanismos transparentes y técnicos”, pero el daño ya está hecho. La encuestadora externa debía garantizar imparcialidad, y la interferencia de los equipos de campaña la dejó sin legitimidad.
Además, se ha sabido que Uribe Londoño ha contratado servicios con al menos siete encuestadoras distintas, lo que alimenta las sospechas de manipulación.
La periodista Lina María Peña, a través de su cuenta en X, cuestionó directamente al asesor venezolano. En un hilo titulado “¿Cómo se contradice alguien que sabe lo que está haciendo?”, expuso fragmentos de una entrevista en la que el propio Toledo reconoció haber tenido contacto con AtlasIntel:
“Es habitual que los consultores hablemos con encuestadoras, intercambiemos opiniones, es totalmente normal”.
“Hace cuatro semanas se cruzó una comunicación con las personas de Atlas, y se les preguntó: ¿cómo están viendo ustedes las cosas en Colombia?”.
Peña ironizó con una comparación certera:
“¿Desde cuándo al jurado de un reinado se le pregunta cómo ve a las candidatas? ¿Con qué fin abordaron a AtlasIntel, siendo parte del equipo que estaba siendo medido?”.
La periodista también recordó que en la carta enviada por Miguel Uribe al director del partido se admite que “mis asesores han tenido conversaciones con esa y otras encuestadoras”, contradiciendo las versiones posteriores del equipo.
“Ahora pretenden cambiar la historia. Confunde, divide y reinarás”, concluyó Peña.
Una advertencia que resuena en el uribismo
Dentro del Centro Democrático, cada vez son más las voces que coinciden en que Lester Toledo simboliza la fractura que amenaza con destruir al partido desde sus entrañas.
Como resumió un dirigente en reserva:
“Cuando el enemigo no puede destruirte desde afuera… te infiltra”.
La tormenta apenas comienza, y el uribismo tendrá que decidir si enfrenta el reto con madurez política o si permite que la sombra de un asesor extranjero marque el rumbo del partido que nació para defender la unidad y la seguridad democrática.

















