Petro debe someterse a exámenes mentales y toxicológicos: María Fernanda Cabal revive el debate que muchos temen
La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal radicará una nueva proposición en el Congreso para que el presidente Gustavo Petro se someta a exámenes toxicológicos y psiquiátricos, basándose en hechos públicos, declaraciones de sus propios ministros y el creciente descontrol en el manejo del país.
Con una contundencia que no deja espacio a interpretaciones, la senadora María Fernanda Cabal anunció que el próximo 20 de julio radicará nuevamente una proposición en el Congreso de la República para exigir al presidente Gustavo Petro que se someta a exámenes toxicológicos y psiquiátricos.
La iniciativa, que ya había sido planteada antes, toma fuerza tras una cadena de hechos que, según Cabal, dejan en evidencia el deterioro físico y mental del jefe de Estado, con consecuencias directas sobre el manejo del país y la estabilidad institucional.
“La actitud errática de Petro, sus constantes incumplimientos y sus ataques temerarios a gobiernos aliados son señales de alarma. El país está en manos de alguien que podría no estar en condiciones de ejercer el poder”, escribió Cabal en su cuenta de X (antes Twitter), desatando una nueva tormenta política.
La proposición que radicará la senadora no escatima en gravedad: exige que Petro se someta a exámenes médicos en un plazo no mayor a 15 días desde su aprobación, argumentando que existen “hechos públicos y notorios” que apuntan a un posible consumo de sustancias psicoactivas por parte del presidente, así como a trastornos mentales que estarían afectando directamente el ejercicio de sus funciones constitucionales.
Argumentos con nombre propio
Cabal no lanza sus señalamientos al vacío. La proposición cita declaraciones explosivas de figuras clave del entorno presidencial, entre ellas las del actual ministro del Interior, Armando Benedetti, y la exjefa de gabinete Laura Sarabia, cuyos audios fueron revelados por Revista Semana. En uno de esos registros, Benedetti insinúa que el “jefe” tiene más problemas personales que cualquiera, en una referencia apenas velada a un presunto problema de adicción.
A esto se suma una frase reveladora del excanciller Álvaro Leyva, quien en medio de su distanciamiento del Gobierno reconoció: “Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción. ¿Pero qué podía hacer yo? Seguro fui inferior”.
Estas voces no provienen de la oposición, sino del mismo círculo cercano a Petro. Por eso, para Cabal, el silencio institucional frente a un tema de esta magnitud es no solo vergonzoso, sino peligrosamente cómplice.
Esto compromete la seguridad nacional
Cabal sostiene que el posible deterioro mental y físico de Gustavo Petro no es un asunto privado, sino un problema de Estado. La moralidad pública, el cumplimiento de la agenda presidencial, el relacionamiento internacional y la conducción de las Fuerzas Armadas estarían siendo directamente afectados por un presidente que, según ella, “ni está ni responde”.
“El país se está desmoronando entre improvisaciones, ausencias y discursos incoherentes. No se puede seguir mirando hacia otro lado mientras Colombia se hunde en el caos”, declaró Cabal.
En los últimos meses, las ausencias del presidente a eventos oficiales, los frecuentes cambios de postura en temas internacionales, como su enfrentamiento con Israel o su inexplicable defensa de regímenes autoritarios, así como las decisiones económicas erráticas, han alimentado la percepción de que hay un vacío de poder en la Casa de Nariño. Para la senadora, ese vacío tiene una explicación que ya no puede seguir siendo ignorada.
Una oposición sin miedo
La radicación de esta proposición marcará un punto de quiebre en el Congreso. No se trata de una denuncia cualquiera, sino de un cuestionamiento frontal a la capacidad mental del jefe de Estado, con consecuencias jurídicas y políticas impredecibles.
Cabal, quien se perfila como una de las figuras presidenciales más fuertes de la oposición de cara al 2026, ha hecho de la denuncia sin filtros su bandera, desafiando el clima de corrección política que suele dominar el Capitolio.
Su tono, lejos de buscar consensos tibios, apela a la acción urgente. “La seguridad nacional no puede depender del silencio cobarde de quienes tienen el deber de vigilar al poder. Si el Congreso no actúa, se vuelve cómplice”, remató en su publicación.
¿Habrá respuesta?
Hasta ahora, el presidente Gustavo Petro no ha reaccionado públicamente a esta nueva embestida. Sin embargo, en el pasado ha desestimado señalamientos similares, atribuyéndolos a campañas de desprestigio de la derecha. Esta vez, sin embargo, el terreno es distinto: hay grabaciones, hay declaraciones documentadas y hay una iniciativa parlamentaria que busca abrir un debate institucional sobre la salud mental del mandatario.
Lo que está en juego no es solo el futuro político de Petro, sino la estabilidad misma de la presidencia. La pregunta ya no es si Cabal se atreve a denunciar, sino si el Congreso tendrá el coraje de debatir lo que a voces se rumorea en los pasillos del poder.
Porque, como concluye la senadora: “El presidente debe responder no solo por sus palabras, sino por su estado físico y mental. Colombia merece saber quién la gobierna”.