Con una inversión de $2.816 millones y el respaldo del Programa Colombia Sostenible, 98 familias caficultoras en Algeciras avanzan en un ambicioso proyecto de transformación productiva para dejar atrás la violencia y construir futuro desde el campo.
Algeciras, Huila, históricamente golpeado por el conflicto armado, avanza hoy por un camino distinto: uno sembrado de esperanza, café y sostenibilidad. Un total de 98 familias campesinas pertenecientes al Grupo Asociativo de Cafeteros Villalíbano están implementando un proyecto de reconversión cafetera con el objetivo de transformar su producción tradicional hacia prácticas sostenibles que protejan el medio ambiente y generen nuevas oportunidades económicas para el territorio.
Este proceso, que comenzó en 2022, ha beneficiado a comunidades de 18 veredas del municipio, fortaleciendo sus capacidades productivas y sentando las bases para la construcción de una paz duradera. En su primera etapa, el proyecto permitió mejorar los cultivos y construir una bodega de almacenamiento, esencial para homogeneizar el secado del grano y elevar su calidad.
Actualmente, los caficultores avanzan en la construcción y dotación de una planta de torrefacción, que cumple con los estándares exigidos por el Invima, y que les permitirá certificarse para dar el siguiente paso: transformar, empacar y comercializar su propio café con valor agregado.

“Estamos muy contentos de compartir con quienes hacen realidad la paz, porque la paz no es otra cosa que el trabajo incansable de las comunidades por construir un mejor país; porque el camino de la paz es el progreso de los territorios”, expresó Wilmer Leal Pérez, director del Fondo Colombia en Paz, durante una visita al municipio.
Además de contar con el apoyo del Programa Colombia Sostenible, este esfuerzo asociativo tiene el acompañamiento de Karinacafé, una precoperativa agrocomercializadora con más de 15 años de experiencia en el agronegocio del café, que facilitará la comercialización bajo condiciones justas y favorables para los productores.
Para Carlos Polo Cortés, representante legal del Grupo Villalíbano, el impacto ha sido tangible: “Gracias al apoyo recibido hemos mejorado nuestra producción y ahora nos preparamos para gestionar la certificación Invima que nos permitirá comercializar nuestro café cumpliendo los estándares de calidad exigidos”.
Un modelo de transformación territorial
Con una inversión total de $2.816 millones, de los cuales el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aporta el 51% a través del préstamo 4424/OC-CO a la Nación, el proyecto es un modelo de articulación institucional y comunitaria. El porcentaje restante proviene de contrapartidas locales, principalmente en forma de mano de obra por parte de las familias beneficiarias.
“Este proyecto es una oportunidad para la transformación territorial en esta zona del país, promoviendo el uso de tecnología avanzada tanto en el cultivo como en la transformación del grano de café, lo que elevará su calidad y generará mayor valor agregado”, explicó Mary Gómez, directora del Programa Colombia Sostenible.
La apuesta por la sostenibilidad va más allá de lo económico. Se trata también de combatir la estigmatización, afrontar los efectos del cambio climático, y consolidar un nuevo modelo de vida en zonas tradicionalmente asociadas a la violencia. La producción de café sostenible y de alta calidad se convierte así en una herramienta para sanar heridas, generar empleo y devolver dignidad a las comunidades rurales.
Una política que pone al campo en el centro de la paz
El Programa Colombia Sostenible, ejecutado por el Fondo Colombia en Paz, es una de las iniciativas más importantes del Gobierno Nacional para promover proyectos agroambientales en los municipios PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial). Actualmente cofinancia cerca de 200 proyectos en todo el país, beneficiando a más de 37.000 familias rurales.
Este tipo de intervenciones no solo permiten impulsar la economía rural y mitigar los efectos del cambio climático, sino también honrar el espíritu del Acuerdo de Paz de 2016, cuyo cumplimiento se articula precisamente a través del Fondo Colombia en Paz. La legalidad, la inclusión y la sostenibilidad se entrelazan en proyectos como el de Algeciras, que demuestran que sí es posible construir un país diferente desde las regiones históricamente olvidadas.
Con cada grano de café que nace en estas tierras, florece también una nueva oportunidad para dejar atrás la guerra y sembrar el desarrollo sostenible.