La aspirante presidencial advierte que con ella en la Presidencia no habrá despejes ni premios para criminales: la paz no se negocia, se impone con la ley y la autoridad.
En un encendido discurso durante el Foro de Seguridad organizado por el Partido Centro Democrático, la senadora María Fernanda Cabal, figura clave de la oposición y aspirante presidencial, delineó su postura frente a los actuales procesos de paz y los desafíos en materia de orden público.
Ante la pregunta de cómo abordaría una eventual negociación con grupos armados ilegales como el ELN, las disidencias de las FARC, el Clan del Golfo y bandas criminales como La Inmaculada, que tiene azotada a Tuluá, Cabal fue enfática: la paz no se negocia, la paz se impone con el poder de la Constitución y la autoridad que da la ley.
La intervención de Cabal, ante una audiencia conformada por empresarios, líderes políticos y ciudadanos caleños, marcó un fuerte contraste con la política de “paz total” impulsada por el gobierno del presidente Gustavo Petro.
“Lo vivimos nosotros en el 2002 cuando llegó el presidente Uribe: en un año transformó el país porque devolvió a los territorios la presencia institucional, no solo con la fuerza pública, sino con vías, acceso, inclusión y crédito”, afirmó la senadora, evocando la política de Seguridad Democrática como modelo a seguir.
Crítica frontal a Petro y su política de paz
Cabal acusó al presidente Petro de haber “desmantelado la autoridad” y de convertir la política de seguridad en un juego cambiante según el gobierno de turno. “La política pública de seguridad nacional no puede ser una política de gobierno, tiene que ser una política de Estado, pactada con las altas cortes y con el Congreso”, señaló. Rechazó la actual estrategia del gobierno, a la que calificó como una “sucesión de enredos y disfraces de paz”.
La senadora también hizo referencia al escándalo del «Pacto de La Picota», en el que el hermano del presidente habría ofrecido beneficios judiciales a criminales a cambio de apoyo político durante la campaña.
“Se hizo elegir desde las cárceles, prometiéndole a los extraditables”, afirmó Cabal, para luego denunciar que “hoy nos llena de mesas de negociación, despejando territorios y dejando a las comunidades a merced del crimen”.
Para Cabal, la paz no puede estar por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos. “Así digan que la paz es un derecho fundamental, no está por encima de la vida, ni del trabajo, ni de la dignidad”, declaró.
Propuso una inversión en seguridad y desarrollo institucional como base para lograr una paz duradera, pero desde una posición de fuerza y no de concesiones. “La política de paz estará sujeta a la política de seguridad que será superior. No habrá despejes ni premios a delincuentes, porque cada vez que hay impunidad, el Estado claudica y sufre la gente buena”.
Una visión presidencial
En la parte final de su intervención, Cabal dio un giro hacia su visión como posible presidenta de Colombia. “¿Y si es la voluntad de Dios? Como la primera mujer presidente de Colombia, voy a ordenar la casa. Voy a enfrentar la corrupción que es endémica en este país”, anunció.
También criticó lo que considera una cultura del clientelismo y de la mediocridad: “Voy a premiar el mérito y erradicar la mediocridad. Este país no es de vagos ni de vagabundos. Es un país que madruga, que trabaja, que le ha demostrado al mundo que hemos sobrevivido a la adversidad”.
Finalmente, reafirmó su aspiración a retomar el legado de Álvaro Uribe y restaurar lo que llama el “orden perdido” por el actual gobierno. “No nos va a quedar grande el 2026. Vamos a volver al poder porque todo esto es la manifestación de la gente que quiere volver al orden. Sin orden no hay país. Sin autoridad, no hay libertad”.
Reacciones
La intervención de Cabal generó inmediatas reacciones en redes sociales. Seguidores del uribismo aplaudieron su firmeza, mientras críticos señalaron el peligro de un discurso que privilegia la represión sobre el diálogo.
Mientras tanto, en Tuluá y otras zonas del Valle, la ciudadanía vive bajo el miedo de bandas como ‘La Inmaculada’, y en regiones como el Catatumbo, el Pacífico y el sur del país continúan los enfrentamientos entre grupos armados ilegales. La discusión sobre si negociar o combatir seguirá siendo uno de los principales ejes del debate presidencial.