La Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas denunció la situación de riesgo que enfrentan las comunidades rurales por la presencia de grupos armados y la persistente estigmatización social.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos emitió este miércoles una alerta sobre la grave situación de seguridad que afecta a la población campesina del municipio de Tello, en el departamento del Huila. A través de un hilo en su cuenta oficial en la red social X (antes Twitter), la organización internacional expresó su profunda preocupación por las amenazas y presiones ejercidas por grupos armados no estatales en esta zona históricamente golpeada por el conflicto armado.
Según la ONU, los habitantes de Tello enfrentan una doble carga: por un lado, la violencia directa que ejercen actores armados ilegales, y por otro, la estigmatización social derivada de vivir en un territorio en disputa. Esta situación no solo incrementa los niveles de miedo e incertidumbre entre la población, sino que también deteriora el tejido social y obstaculiza los esfuerzos por alcanzar una paz duradera.
“Recibimos información sobre los riesgos para la población civil (…) por los abusos de grupos armados no estatales y por la estigmatización que recibe la población por vivir en zona de conflicto”, indicó la oficina de la ONU en uno de los mensajes publicados en la red social.
La organización también hizo un llamado urgente al Estado colombiano para que adopte medidas integrales de prevención y protección que garanticen los derechos y la seguridad de las comunidades rurales. En particular, instó a reforzar la protección de los líderes campesinos, quienes —según el organismo— continúan siendo blanco de agresiones, amenazas y asesinatos debido a su labor en defensa del territorio, la tierra y los derechos humanos.
Además, la ONU exhortó a los grupos armados ilegales que operan en la región a respetar las normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y a cesar todo tipo de hostilidades contra la población civil. “La vida y la dignidad de las comunidades deben ser respetadas. El conflicto no puede seguir usándose como excusa para vulnerar sus derechos fundamentales”, subrayó la entidad.
Tello, un municipio enclavado en el norte del Huila, ha sido escenario de confrontaciones armadas durante décadas. En los últimos años, con la reconfiguración de los actores armados tras la firma del acuerdo de paz con las FARC en 2016, el territorio ha experimentado un resurgimiento de la violencia por parte de estructuras disidentes y otros grupos ilegales que buscan controlar corredores estratégicos.

Organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos en la región han denunciado reiteradamente la falta de presencia efectiva del Estado en estos territorios, así como la demora en la implementación de los programas de sustitución de economías ilícitas, restitución de tierras y garantías de seguridad para los líderes sociales.
En este contexto, la alerta de la ONU se suma a los llamados que distintos sectores han hecho en los últimos meses para que el Gobierno Nacional intensifique sus esfuerzos de protección y de presencia institucional en zonas rurales críticas, especialmente aquellas donde el vacío estatal ha sido ocupado por actores violentos.
La situación en Tello, según analistas, refleja los desafíos persistentes del posconflicto en Colombia, donde muchas comunidades siguen esperando la materialización de la paz en su cotidianidad y la garantía efectiva de sus derechos. Para la ONU, atender estas problemáticas no es solo un asunto de seguridad, sino de justicia social y de compromiso con la dignidad de quienes habitan las regiones más afectadas por la guerra.