El presidente defendió la inclusión de Amaranta Hank en el Ministerio de Igualdad y de Juan Carlos Florián Silva, actual viceministro de Igualdad. con una polémica frase que ha sido interpretada como un ataque a la vicepresidenta Francia Márquez, profundizando las divisiones al interior del Gobierno.
Una nueva tormenta política se desató en la Casa de Nariño tras conocerse una controversial declaración del presidente Gustavo Petro durante un Consejo de Ministros. En medio de un intercambio sobre nombramientos en el Ministerio de Igualdad, el mandatario pronunció una frase que ha sido ampliamente criticada y que deja en evidencia las crecientes tensiones internas dentro del Gobierno:
“A mí nadie que sea negro me va a decir que hay que excluir a un actor porno”, expresó el presidente.
La afirmación surgió mientras se discutía la eventual vinculación de Alejandra Omaña —conocida públicamente como Amaranta Hank, ex actriz de cine para adultos— al Ministerio de Igualdad. Según versiones internas, la vicepresidenta Francia Márquez habría advertido su posible renuncia si se concretaban los nombramientos de Hank y de Juan Carlos Florián Silva, actual viceministro de Igualdad.
Petro, visiblemente molesto, cuestionó lo que considera una contradicción en el seno del Ejecutivo:
“La señora vicepresidenta me dijo que se iba si yo ponía a Florián y a Amaranta Hank. Pero si estamos hablando de igualdad, entonces ¿quién excluye a quién?”
Estas palabras han generado un profundo debate en círculos políticos, mediáticos y sociales, no solo por el tono del mandatario al referirse a su vicepresidenta —una mujer afrocolombiana, activista y referente de la lucha contra el racismo—, sino también por el trasfondo ideológico de la confrontación.
Francia Márquez, quien lideró el Ministerio de Igualdad en su etapa inicial, no se ha pronunciado públicamente hasta el momento, pero su silencio ha sido interpretado por algunos sectores como una señal de molestia frente al trato recibido dentro del Ejecutivo. Diversos analistas han advertido que esta tensión refleja una fractura creciente entre el ala más cercana al progresismo social, encabezada por Márquez, y el enfoque más disruptivo de Petro en términos de representación y diversidad.
La figura de Amaranta Hank ha sido defendida por el presidente como un símbolo de inclusión y reivindicación de sectores históricamente estigmatizados, mientras que sectores más conservadores, e incluso voces dentro del propio Gobierno, han manifestado reservas sobre su perfil para ocupar un cargo público. La polémica también pone bajo la lupa el nombramiento de Juan Carlos Florián Silva como viceministro de Igualdad, quien ha sido blanco de críticas por su falta de trayectoria en el ámbito de las políticas públicas.
La controversia surge en un momento de alta tensión política para el Gobierno, que enfrenta complejas discusiones en el Congreso sobre la reforma tributaria, el sistema de salud y los efectos del ajuste fiscal. Además, la fragilidad del gabinete se ha hecho cada vez más evidente, con salidas, tensiones internas y diferencias marcadas entre figuras clave del petrismo.
En redes sociales, las reacciones no se hicieron esperar. Mientras algunos defienden la defensa del presidente a favor de una “inclusión real”, otros cuestionan el uso del componente racial para zanjar un desacuerdo político.
“Petro termina instrumentalizando el debate racial en contra de su propia vicepresidenta”, escribió una analista en X. Otros usuarios señalaron que “no se puede hablar de igualdad si se descalifica a alguien por su raza para defender a otra persona por su oficio”.