En el debate de la Reforma Laboral, Cabal acusó al Gobierno de destruir el SENA por presión ideológica y traicionar a los jóvenes aprendices.
Durante la plenaria del Senado, en medio del debate sobre la Reforma Laboral, la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal ofreció una intervención que dejó sin aliento a sus contradictores y que volvió a centrar el foco en la ideologización del Estado bajo el mandato de Gustavo Petro.
En un tono enérgico y directo, la líder opositora denunció que el gobierno traicionó los avances construidos con esfuerzo en materia de concertación, particularmente en lo que respecta al contrato de aprendices del SENA, por ceder ante presiones de las barras bravas ideológicas de la izquierda.
“Yo lamento que todo el esfuerzo que hicieron los del equipo de concertación hubiera sido tirado por la borda por una orden que se supone que dio esta mañana el gobierno”, afirmó Cabal, señalando que la decisión representa una puñalada contra los sectores productivos y los jóvenes que buscan en el SENA una verdadera oportunidad de superación.
La senadora no se quedó en una crítica técnica. Fue mucho más allá. Arremetió con dureza contra el adoctrinamiento político al que están siendo sometidos los estudiantes de esa institución. Para la aspirante presidencial, el SENA se ha transformado en una maquinaria política del petrismo, más interesada en formar agitadores que técnicos capacitados para entrar al mercado laboral.
“El SENA se volvió el fortín burocrático de la izquierda y a esos pobres muchachitos los llevan a marchar en favor de Petro, ni siquiera saben para qué marchan”, denunció, cuestionando la supuesta autonomía de una institución que hoy —según ella— solo responde al fanatismo ideológico.
En su intervención, también defendió con firmeza el trabajo por horas, especialmente en el contexto rural, donde el ciclo de las cosechas y la naturaleza misma del trabajo agrícola requieren de flexibilidad laboral. “El 80 % del trabajo rural es informal”, dijo, y añadió que se perdió la oportunidad de formalizarlo mínimamente para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores del campo.
La senadora fue más allá: puso en evidencia la hipocresía de quienes atacan esta modalidad laboral, mientras los países más desarrollados del mundo la aplican como modelo de libertad y adaptabilidad. “Los países ricos tienen trabajo por horas. ¿Por qué les impide a la gente decidir? Porque vuelven a la gente esclava de su ideología podrida”, sentenció, al tiempo que exigió a los sectores de izquierda que dejen de jugar con la vida de los trabajadores colombianos.
Uno de los puntos más críticos de su intervención fue cuando desenmascaró lo que para ella es una de las grandes mentiras del petrismo: el supuesto compromiso con la juventud. “Lo que van a traer es la ruina para los estudiantes que necesitan el SENA como un medio de superación de la pobreza”, advirtió, al tiempo que recordó cómo esa institución creció en cobertura y eficiencia durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez: “Pasó de 800.000 a 10 millones de estudiantes. ¿Cómo les molesta la eficiencia con cifras y no con fanatismo ideológico?”
Cabal denunció, además, que el SENA ya no cumple su función de puente entre la educación técnica y el mercado laboral. “Los empresarios no encuentran en el SENA los empleados que necesitan. Esa es una obligación que no cumple. En cambio, sí saben cómo exprimir al empresario, cómo cobrarle, cómo sancionarlo”, expresó con contundencia.
También arremetió contra el aparato burocrático estatal y su parasitismo sobre el sector privado. “¿Qué harían ustedes los socialistas sin los empresarios privados? ¿A quién le robarían la plata?”, preguntó, en una crítica directa a la izquierda que vive del erario, pero jamás ha creado un solo empleo productivo.
Finalmente, Cabal propuso una solución realista y audaz: impulsar alianzas público-privadas para que el SENA forme jóvenes según la demanda del mercado laboral y no según el capricho ideológico del Gobierno. “No puedo tener empleados del SENA entrenados por mí. ¿Qué clase de lógica es esa? ¿Dónde está el sentido común?”, preguntó.
Su intervención terminó con una advertencia grave: la izquierda radical, que hoy celebra lo que considera una victoria, en realidad está destruyendo el futuro de los jóvenes y el desarrollo del país. “Barras bravas de la extrema izquierda celebran la destrucción del empleo para los jóvenes aprendices del SENA. Utilizan a los estudiantes para apoyar a Petro”, denunció sin rodeos.