La derrota histórica de la izquierda en Bolivia: un anticipo de lo que podría ocurrir en Colombia en 2026
Con apenas un 3% de votos, Evo Morales y sus herederos sufren un fracaso histórico; Cabal advierte que lo mismo ocurrirá en 2026 con Petro.
El panorama político de Bolivia dio un giro histórico tras las elecciones del domingo pasado, en las que el Movimiento al Socialismo (MAS), partido que dominó la política del país durante casi dos décadas bajo el liderazgo de Evo Morales, sufrió una derrota devastadora al obtener apenas el 3,14% de los votos. Este resultado, el peor en la historia del movimiento, no solo marca un punto de inflexión en la política boliviana, sino que también ha generado lecturas en la región sobre el agotamiento del modelo de izquierda socialista y sus implicaciones para otros países, incluido Colombia.
La senadora y precandidata presidencial colombiana María Fernanda Cabal reaccionó de inmediato al desenlace electoral en Bolivia. A través de su cuenta de X, la congresista escribió:
“Así será en Colombia. Un dulce despertar…”, en clara alusión a lo que ella considera una inminente derrota del proyecto político liderado por el presidente Gustavo Petro en las elecciones de 2026.
Cabal fue más allá al compartir un mensaje del Foro Madrid que calificó la derrota del MAS como el final de “20 años de corrupción, autoritarismo y miseria”, señalando que los bolivianos, en segunda vuelta, tendrán la oportunidad de “sepultar de una vez por todas el proyecto totalitario y empobrecedor del narcosocialismo del Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla”.

La caída de un gigante político
El MAS fue, desde 2005, una de las fuerzas políticas más estables y dominantes de América Latina. Bajo la figura de Evo Morales, Bolivia vivió un crecimiento económico sostenido durante la bonanza de las materias primas, una reducción drástica de la pobreza y un reposicionamiento de los sectores sociales tradicionalmente excluidos. Sin embargo, el desgaste político, las divisiones internas y la actual crisis económica terminaron por sepultar la hegemonía del partido.
La sorpresa de la jornada electoral fue el triunfo parcial de Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano, con un 32% de los votos, seguido del expresidente conservador Jorge “Tuto” Quiroga con un 27%. Ambos irán a una segunda vuelta el 19 de octubre. Entretanto, candidatos liberales y opositores al MAS sumaron gran parte del respaldo popular, confirmando el deseo de cambio político que arrojó una encuesta previa, donde el 89% de los bolivianos manifestaba querer una transformación radical.
Tres factores clave de la derrota
Los analistas coinciden en que el desplome del MAS tiene tres causas principales:
- División interna: Evo Morales y el presidente Luis Arce protagonizaron una fractura que terminó por desintegrar al partido. La inhabilitación de Morales y la baja popularidad de Arce dejaron sin liderazgo sólido a la izquierda, mientras que facciones menores se disputaban la representación.
- Desgaste político: Tras 20 años en el poder, el proyecto socialista perdió legitimidad. Las viejas promesas de “refundación” ya no convencieron a una población golpeada por la corrupción, la confrontación interna y el autoritarismo.
- Crisis económica y social: Bolivia enfrenta la peor situación económica en décadas, con inflación cercana al 25%, escasez de dólares, combustible y productos básicos. El llamado “milagro boliviano” se desplomó, generando un clima de hartazgo que favoreció a las candidaturas opositoras.
Un espejo para Colombia
Para Cabal y sectores de la oposición colombiana, lo ocurrido en Bolivia anticipa lo que podría suceder en Colombia en 2026. La senadora sostiene que la administración de Gustavo Petro, cercana a las mismas corrientes del Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, repite patrones que ya llevaron al fracaso a la izquierda boliviana: división interna en el Pacto Histórico, desgaste político acelerado y una crisis económica marcada por inflación, déficit fiscal y deterioro en la confianza inversionista.
El mensaje de Cabal busca capitalizar la narrativa de que el proyecto de izquierda en Colombia está condenado a un fracaso similar, siempre y cuando la oposición logre articularse en torno a una propuesta unificada. En ese sentido, la dirigente uribista lanza un guiño al electorado inconforme con el actual gobierno, en línea con su estrategia de posicionarse como una de las figuras presidenciales más visibles de cara a la consulta interna del Centro Democrático y a la campaña presidencial.
El fin de ciclo de la izquierda en la región
Más allá de las comparaciones, la caída del MAS en Bolivia se suma a la percepción de que la “marea rosa” que gobernó en gran parte de América Latina durante los últimos 20 años atraviesa un momento de desgaste. Los proyectos políticos que prometieron inclusión social y soberanía económica hoy enfrentan críticas por corrupción, autoritarismo y crisis económicas profundas.
Colombia, con un gobierno de izquierda en el poder por primera vez en su historia, observa con atención este desenlace. Para la oposición, es un recordatorio de que el respaldo popular puede desmoronarse en cuestión de años cuando las promesas de transformación no se traducen en mejoras tangibles.
En octubre, cuando los bolivianos regresen a las urnas para elegir a su nuevo presidente, no solo estará en juego el futuro inmediato de ese país andino, sino también un mensaje político que resonará en toda la región. Para Cabal y otros líderes de oposición en Colombia, el mensaje ya está escrito: la derrota de la izquierda en Bolivia podría ser el preludio de lo que suceda en las elecciones presidenciales de 2026 en Colombia.

















