Déficit comercial impulsó el crecimiento económico, pero la reducción de la pobreza monetaria oculta precariedad laboral
Aunque el déficit comercial alcanzó niveles históricos, se ha convertido en el motor del crecimiento económico de 2,7 % en el primer semestre de 2025, al reflejar un aumento en la producción interna apalancada por mayores importaciones, según Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Universidad del Rosario.
Aunque el déficit comercial suele considerarse un signo de alerta para la economía, en el caso colombiano se ha convertido en un motor inesperado del crecimiento económico. Así lo explicó Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Universidad del Rosario, al señalar que este fenómeno, lejos de ser una señal negativa, está íntimamente ligado al crecimiento del 2,7 % del PIB durante el primer semestre del año 2025.
Según Amorocho, el aumento de las importaciones —que alcanzaron un 82,2 % en mayo— responde a la necesidad de insumos esenciales para la producción en sectores como el agropecuario, la industria manufacturera y el petróleo. “En un país que depende de insumos importados para producir internamente, el aumento de las compras externas refleja dinamismo productivo más que vulnerabilidad económica”, afirmó el académico.
Este auge importador ha sido facilitado por dos factores clave: la revaluación del peso frente al dólar, que ha abaratado las compras externas, y una baja en las tasas de interés, fruto de acuerdos entre emprendedores y el sector financiero en el marco del programa Pacto por el Emprendimiento, liderado por Asobancaria y el Gobierno Nacional. “No fue el Banco de la República quien bajó las tasas, sino el mismo sector privado, que ha tomado la iniciativa de facilitar el acceso al crédito productivo”, subrayó el académico.
Este entorno ha impulsado el consumo y favorecido un crecimiento económico que, si bien moderado, ha servido de base para otros resultados aparentemente positivos, como la reducción de la pobreza monetaria.

La trampa detrás de la baja en la pobreza monetaria Colombia registra hoy la tasa de pobreza monetaria más baja de su historia: 31,8 %, según cifras del DANE. Sin embargo, el profesor de la Universidad del Rosario advierte que este avance podría ser engañoso si no se analizan sus causas de fondo. “Sí, hay menos pobres en términos de ingresos, pero este indicador no es sostenible porque está soportado en empleos informales y de baja calidad”, explicó.
Para Amorocho buena parte del empleo que ha contribuido a mejorar las estadísticas está conformado por trabajadores por cuenta propia, sin prestaciones sociales ni estabilidad laboral. Además, el Estado ha recortado subsidios y eliminado programas clave como Hambre Cero y Jóvenes en Paz, en medio de una grave situación fiscal que proyecta un déficit del 7 % del PIB para 2026 y un faltante de caja de 19 billones de pesos.
“Sin políticas públicas que garanticen empleos formales y un entorno fiscal estable, la reducción de la pobreza será temporal y frágil”, advirtió el profesor de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, quien también recordó que el Ministro de Hacienda tiene previsto radicar un proyecto de ley de financiamiento.
El desafío: crecimiento con sostenibilidad
Amorocho concluye que, aunque el crecimiento del 2,7 % es una señal alentadora, el país enfrenta retos estructurales que deben abordarse con urgencia. La sostenibilidad del empleo, el fortalecimiento del aparato productivo, la formalización laboral y la mejora de la situación fiscal son ejes clave de una agenda económica seria.
“La recuperación no puede basarse solo en cifras alentadoras. Se necesitan políticas públicas que impulsen la pequeña y mediana empresa, que aseguren calidad de vida para los trabajadores y que reafirmen la vocación productiva del país, con más exportaciones y acuerdos arancelarios estratégicos”, dijo el profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario.