Egipto aplaza la esperada inauguración del Gran Museo Egipcio por la tensión en Oriente Medio
El conflicto entre Israel e Irán obliga a posponer uno de los eventos culturales más esperados del siglo: la apertura del museo más grande del mundo dedicado a una sola civilización.
El primer ministro de Egipto, Mustafa Madbuli, anunció este sábado la decisión de aplazar la inauguración oficial del Gran Museo Egipcio (GEM), prevista inicialmente para el próximo 3 de julio, debido a la creciente tensión en Oriente Medio, en particular la escalada del conflicto entre Israel e Irán.
“Como Estado, a la luz de este conflicto, consideramos adecuado posponer la inauguración del museo”, afirmó Madbuli durante una visita a la gobernación de Beheira, en el norte del país. Aunque no ofreció una nueva fecha exacta, aseguró que la ceremonia podría tener lugar a finales de este año si las condiciones internacionales mejoran.

Una joya cultural detenida por la geopolítica
El Gran Museo Egipcio no es un museo más. Se trata del centro arqueológico más ambicioso jamás construido en Egipto y uno de los proyectos culturales más importantes del siglo XXI. Su monumental estructura, ubicada a solo dos kilómetros de la necrópolis de Guiza y alineada simbólicamente con las pirámides de Keops y Micerino, alberga más de 100.000 piezas del Antiguo Egipto, muchas de ellas nunca antes exhibidas.
Con una superficie de 100.000 metros cuadrados, el GEM no solo será el museo más grande del mundo dedicado a una única civilización, sino también un referente en conservación, investigación y museografía. Desde su diseño arquitectónico —obra del estudio irlandés Heneghan Peng Architects— hasta su contenido museológico, todo en el GEM ha sido concebido para rendir homenaje a una de las culturas más influyentes de la historia de la humanidad.
Tutankamón y Ramsés II: las estrellas del museo
Entre los tesoros que los visitantes podrán admirar una vez se inaugure formalmente el museo, destacan los más de 5.000 objetos hallados en la tumba de Tutankamón, incluidos su máscara funeraria, el trono, el ataúd de oro macizo y numerosos objetos de su vida cotidiana. Esta colección tendrá un pabellón exclusivo, siete veces más grande que el que anteriormente ocupaba en el Museo Egipcio de El Cairo.
La bienvenida al GEM la da una imponente estatua de Ramsés II de más de 10 metros de altura y más de 3.200 años de antigüedad. A partir de ahí, el recorrido llevará al visitante por las distintas dinastías y periodos históricos de Egipto, con una puesta en escena que combina tecnología de vanguardia con un profundo respeto por el legado histórico.
Un museo marcado por los desafíos
Desde que se concibió en 2002, el Gran Museo Egipcio ha enfrentado múltiples retrasos. Problemas internos del país, inestabilidad política, dificultades logísticas, el alto costo de su construcción —que se estima en alrededor de mil millones de dólares, dos tercios de los cuales han sido financiados por Japón— y la pandemia del COVID-19, han ido aplazando su inauguración una y otra vez.
Ahora, cuando todo parecía listo para abrir finalmente sus puertas al mundo, el museo vuelve a quedar a la espera, esta vez por causas externas. La creciente inseguridad regional ha llevado al Gobierno egipcio a optar por la prudencia, en un intento de garantizar que el evento inaugural cuente con la presencia internacional y la visibilidad mediática que merece.
Patrimonio en pausa
La postergación de la apertura del GEM no solo representa un golpe para el sector cultural egipcio, sino también para el turismo internacional, que esperaba con ansias la oportunidad de visitar este recinto único. El Gran Museo Egipcio no es únicamente un edificio de exhibición, sino un símbolo del compromiso de Egipto con su patrimonio, su identidad y su proyección cultural global.
Aunque la inauguración se ha aplazado, el GEM ya se encuentra operativo parcialmente, recibiendo visitantes en modalidad de “preapertura” desde finales de 2023. No obstante, la ceremonia oficial —que se prevé de gran envergadura y con la participación de líderes internacionales y expertos en patrimonio— sigue siendo la pieza que falta para consagrar este proyecto monumental.
Egipto, cuna de una de las civilizaciones más admiradas del mundo, aguarda con paciencia el momento oportuno para abrir las puertas del museo que promete redefinir la forma en que el mundo contempla su legado milenario. Mientras tanto, el Gran Museo Egipcio permanece silencioso, pero preparado, a la espera de tiempos más estables para brillar como merece.