Por María Piedad Gil Botero, Psicóloga especialista en Gestión de la calidad universitaria y en Terapia Cognitiva.
Esta mañana volvió a pasarme algo que me sucede con frecuencia desde hace tres años. Las noticias del país me dañan el desayuno. La rampante corrupción y el cinismo con el que pretenden manipularnos y manipular los procesos políticos del país, al principio solo me incomodaban, pero la verdad es que han llegado a un nivel demencial. Para la muestra un botón: la reciente encuesta de Guarumo y Ecoanalítica, que, con una muestra de 2122 personas pretendía, al más elegante estilo de brujos y chamanes, y que me perdonen los brujos, con una bola de cristal, medir la “favorabilidad, percepción y escenarios hipotéticos electorales de un universo de 37 millones de personas mayores de 18 años, hombres y mujeres colombianos, de todos los niveles socioeconómicos y residentes en el territorio nacional”. Y como estoy definitivamente cansada de esta falta de seriedad conceptual, de esta manipulación rampante, voy a dedicarle un ratico a analizar los resultados de una encuesta que es un adefesio, por no decir un mamarracho, eso sí con una intencionalidad psicológica y política clarísima.
Frente a lo asuntos que más preocupan a los colombianos de la muestra, el acceso a la salud puntea con un 23.7%, seguido muy de cerca por la inseguridad (20.3%), la corrupción en el país (15.9%) el costo de la vida y la falta de empleo (10.3% y 9.4% respectivamente). No obstante, quieren hacernos creer que en la intención de voto, y en un hipotético caso en que Petro fuese candidato, estaría por encima de otros candidatos, especialmente si consideramos que hoy, con relación a la salud nos hemos devuelto 30 años (lo sé de cierto yo, que he lidiado con un cáncer hace 5 y puedo ver la diferencia del sistema de salud entre los dos primeros y los últimos 3 años). La inseguridad no solo en las ciudades sino en los campos ha crecido exponencialmente, la corrupción de este gobierno, sin querer decir que no hubiera corrupción antes porque no soy ni ciega ni tonta, ha llegado al límite de lo vulgar, y la cereza en el helado: tenemos un costo de la vida nunca antes tan alto, y en ciudades como Medellín, similar a Miami, eso sí, ganando nosotros en pesos y ellos en dólares, lo que incide en una creciente pauperización de nuestra gente; con un desempleo formal creciente, aunque el mitómano de Petro se empeñe en mostrarnos que ha bajado inflando sus resultados con los vendedores callejeros y los oficios informales, porque las empresas, aterradas frente a la incertidumbre y la inestabilidad del escenario político y económico actual no están contratando. Esos temas que los preocupan son los talones de Aquiles de este gobierno.
En la encuesta de Guarumo la favorabilidad del desempeño y la gestión de Petro es un vergonzoso 26.6%, eso significa que, de cada 100 colombianos, 73,4 verían su gestión como incompetente o inadecuada. Y posteriormente afirma la encuesta que, en un escenario posible, vgr, elecciones del 2026, Petro encabezaría la intención de voto, frente a Álvaro Uribe, Iván Duque, Juan Manuel Santos, Andrés Pastrana y Ernesto Samper. ¿De verdad nos creen tan pendejos? Si un candidato tiene solo un 26.6% de percepción positiva o favorabilidad, no es coherente ni estadísticamente defendible que tenga la mayoría de intención de voto, salvo que haya una mala construcción metodológica en la encuesta. Es clarísimo que no hay coherencia entre un resultado y el otro.
Lo que sí es claro es que Guarumo le está apostando a seguir manipulando las creencias de la gente, como hicieron tan sabiamente en las elecciones pasadas, y como bien estudió Delgado, J.S. en su tesis de maestría de UPB (2024) manipulando las creencias de las personas, sus errores cognitivos, sus temores y sus esperanzas, usando una percepción de consenso que es muy peligrosa. La percepción de consenso es la creencia que tiene un individuo sobre el grado en que otras personas comparten sus creencias, actitudes o comportamientos y está ampliamente documentada por las investigaciones en psicología social, cómo creer que la mayoría va a votar por un candidato genera que las personas, especialmente los indecisos y los menos formados, que tienen un criterio más manipulable, crean que deben votar por él. Todos sabemos que las elecciones en este país se ganan logrando el favor de los abstemios, y los indecisos. No hay coherencia interna, no hay seriedad en el análisis, los constructos no son claros, y nos quieren meter el dedo a la boca haciéndonos pensar que existe una correlación positiva donde hay una correlación nula.
Ya es tiempo de que le juguemos al respeto, de que ganemos en franca lid, de que este país hermoso y su gente empiecen a importarnos de verdad, y que la verdad impere por encima de verdades amañadas y manipuladas. ¡no nos crean tan pendejos!

















