Luis Francisco Ruiz Aguilar, gobernador de Caquetá, ha pedido con urgencia al gobierno nacional una intervención para detener la ola de violencia que afecta a su departamento.
El gobernador del departamento de Caquetá, Luis Francisco Ruiz Aguilar, ha emitido un desesperado llamado al presidente Gustavo Petro y al ministro de Defensa, Iván Velásquez, para que tomen medidas inmediatas ante el creciente control de la guerrilla en la región. La alarmante situación de violencia, que según el mandatario local ha escalado sin precedentes, mantiene a la población sumida en el temor y la incertidumbre.
Ruiz Aguilar denunció que los grupos armados ilegales han tomado el control de amplias zonas del departamento sin que las autoridades hayan respondido de manera efectiva. «¿Cómo es posible que estas fuerzas criminales hayan llegado hasta aquí sin que nadie lo advirtiera?», expresó el gobernador, visiblemente consternado por la situación crítica que atraviesa el Caquetá.
El mandatario enfatizó que la presencia guerrillera no solo representa una amenaza para la vida y seguridad de los ciudadanos, sino que está teniendo un impacto devastador en el desarrollo económico y social del departamento. Caquetá, históricamente afectado por el conflicto armado, está viviendo una nueva etapa de violencia que, según Ruiz Aguilar, está minando cualquier avance hacia la paz y la estabilidad.
«Estamos arrodillados ante los crímenes que esta gente está cometiendo, y la población no puede más con el miedo y la desesperación», aseguró el gobernador en su discurso, resaltando la urgencia de una respuesta inmediata por parte del gobierno nacional. “¡Necesitamos una respuesta contundente del Estado que ponga fin a esta barbarie!”, insistió.
Crisis de seguridad en el Caquetá
El llamado del gobernador ocurre en un contexto donde la región ha visto un incremento significativo en las actividades de los grupos armados, con reportes de extorsiones, secuestros, desplazamientos forzados y asesinatos. Las comunidades rurales son las más afectadas, viviendo en condiciones de alta vulnerabilidad ante la falta de presencia estatal y la amenaza constante de actores ilegales.
Ruiz Aguilar advirtió que la situación está afectando gravemente el tejido social y económico del departamento, dificultando la inversión y el progreso. Sectores productivos como la ganadería, la agricultura y el turismo, fundamentales para la economía local, han sido gravemente afectados por la violencia, ahondando aún más la crisis social que vive el Caquetá.
La población clama por intervención
El llamado del gobernador ha resonado entre los habitantes de Caquetá, quienes viven en un clima de terror impuesto por los grupos armados que operan con aparente impunidad. La comunidad ha expresado su frustración ante la falta de una intervención efectiva por parte del gobierno nacional, exigiendo acciones que frenen el avance de la guerrilla y restauren el orden en el territorio.
La situación en Caquetá se ha convertido en un ejemplo más del fracaso de las políticas de seguridad en varias regiones del país. Pese a los esfuerzos del gobierno en impulsar la política de «paz total», los resultados en territorios como el Caquetá son cada vez más desalentadores. El control de la guerrilla y otros grupos armados ilegales sobre zonas estratégicas ha generado una percepción de que la paz es un ideal cada vez más distante.
«No podemos permitir que el Caquetá se convierta en un campo de batalla permanente», advirtió Ruiz Aguilar, quien ha reiterado la urgencia de que el gobierno nacional actúe con firmeza. «Necesitamos acciones concretas y decididas, no más promesas vacías», concluyó en su desesperado llamado.
La respuesta del gobierno nacional, hasta el momento, ha sido limitada. Las autoridades locales y la población de Caquetá esperan con urgencia un plan integral que incluya una mayor presencia de la fuerza pública y programas de desarrollo que permitan mejorar las condiciones de vida en la región, evitando que el control armado siga siendo una realidad inquebrantable.