María Fernanda Cabal cerró el periodo legislativo con una agenda intensa: leyes, debates y denuncias
Con más de 25 proyectos de ley, 455 controles políticos y una gira internacional conservadora, Cabal clausuró el año legislativo como la voz más firme contra el populismo de Petro.
En un Congreso marcado por tensiones ideológicas, reformas polémicas y una creciente polarización política, la senadora María Fernanda Cabal, del partido Centro Democrático, cerró el periodo legislativo 2024–2025 con una de las gestiones más activas y visibles del Senado. Cabal, quien ha consolidado su perfil como figura de oposición frontal al gobierno de Gustavo Petro, entregó un balance contundente que combina producción legislativa, control político, defensa de valores conservadores y proyección internacional.
Una agenda legislativa robusta
La senadora fue autora o coautora de al menos 25 proyectos de ley enfocados en temas estratégicos como educación, seguridad, salud, justicia transicional, protección a las víctimas, niñez, emprendimiento y derechos humanos. Entre los más destacados figura el Proyecto de Ley 025 de 2024, con el que se busca institucionalizar el sello “Compra lo Nuestro”, promoviendo el consumo de bienes y servicios nacionales en defensa de la industria colombiana.
Otra de sus propuestas relevantes es el Proyecto de Ley 371 de 2025, que pretende prohibir la apología al terrorismo y cualquier forma de exaltación de grupos armados ilegales, argumentando que se debe proteger la memoria y la dignidad de las víctimas del conflicto armado. En la misma línea de defensa de los derechos de quienes han sufrido la violencia, Cabal radicó el Proyecto de Ley 399 de 2025, que regula la situación jurídica de los segundos ocupantes en predios objeto de restitución, buscando mayor claridad y seguridad jurídica en los procesos derivados de la Ley 1448 de 2011.
Su agenda también incluyó reformas estructurales, como el Proyecto de Ley 441 de 2025, que modifica procedimientos de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), y una propuesta para declarar la educación como un servicio público esencial, radicada en agosto de 2024.
Además, participó como ponente en debates clave sobre justicia agraria, derechos de los niños, reformas constitucionales y mecanismos de participación ciudadana como el referendo popular.
Oposición firme desde el Congreso
Más allá de los proyectos de ley, la senadora entregó cifras que revelan su intensidad en el control político. En el periodo, respondió 130 derechos de petición, presentó 455 solicitudes de control político e interpuso 79 acciones judiciales, consolidándose como una de las congresistas más activas en esta función.
Desde la Comisión Primera del Senado, tuvo un papel central en las discusiones sobre reformas constitucionales, contratación estatal, organización territorial y leyes estatutarias. A su vez, en la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer, defendió los derechos de las mujeres desde una mirada crítica al feminismo radical, abogando por una agenda que proteja a la familia y a la mujer sin sesgos ideológicos.
Proyección internacional del conservadurismo
El trabajo de Cabal no se limitó al recinto del Congreso. Durante este año legislativo, representó a Colombia en eventos internacionales de alto perfil para el pensamiento conservador. Participó en la CPAC México (agosto de 2024) y en la CPAC Hungría (mayo de 2025), donde intervino con discursos enfáticos sobre la amenaza del comunismo en América Latina, la defensa de la familia, la vida, la propiedad privada y la libertad individual.
En estos espacios, reafirmó su compromiso con lo que ella denomina una resistencia cultural frente al avance del autoritarismo de izquierda. Esta línea argumentativa también la plasmó en su reciente ensayo político “La democracia en peligro”, editado por la Fundación Escuela Libertad, en el cual expone su visión sobre cómo las democracias latinoamericanas están siendo cooptadas por proyectos populistas con vocación totalitaria.
Perfilado como alternativa presidencial
La intensidad del trabajo de María Fernanda Cabal en el Congreso y fuera de él no es casual. Todo indica que la senadora está afinando su maquinaria política con la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2026. Su perfil ha crecido tanto en medios nacionales como internacionales, donde es reconocida por su lenguaje directo, su defensa de la propiedad privada, y su narrativa opuesta a las banderas del progresismo y el socialismo del siglo XXI.
Desde su bancada, ha sido la voz más crítica frente a la administración Petro, denunciando irregularidades, frenando proyectos que considera perjudiciales para la institucionalidad y abanderando causas que calan profundamente entre sectores conservadores, empresarios, religiosos y víctimas del conflicto.