Neiva, Garzón y Pitalito serán escenario este domingo 15 de junio de una movilización nacional que rechaza el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay y busca alzar la voz —en silencio— contra la violencia política que amenaza al país.
Este domingo 15 de junio, el departamento del Huila se sumará a la Marcha del Silencio, una movilización nacional impulsada tras el atentado sicarial del que fue víctima el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. La jornada, que se desarrollará simultáneamente en diversas regiones del país, tiene como propósito principal alzar una voz colectiva contra la violencia política, en defensa de la vida, la democracia y las libertades consagradas en la Constitución.
En el Huila, la marcha se vivirá en tres municipios clave:
- En Neiva, se espera una amplia concentración en el centro de la ciudad, en un acto cargado de simbolismo por el respeto a la vida y el rechazo a la barbarie.
- En Garzón, la marcha iniciará a las 9:00 a.m. desde el Parque Simón Bolívar, con la participación de ciudadanos, líderes cívicos y representantes de diferentes sectores sociales.
- En Pitalito, también a las 9:00 a.m., se dará inicio al recorrido desde el Palacio de Justicia hasta el Parque Principal, en una expresión pacífica de unión y solidaridad.

Un llamado nacional por la vida
La movilización ha sido respaldada por senadores, precandidatos presidenciales y figuras públicas de diversos sectores políticos, en una inusual pero necesaria muestra de unidad frente a la amenaza de las armas contra la política.
“La Marcha del Silencio del próximo domingo 15 de junio es una invitación a la fraternidad, a la unión y al respeto por la vida. Convocamos a la ciudadanía a participar en este acto simbólico por Colombia y por la vida y salud de Miguel Uribe”, manifestaron voceros del Centro Democrático, partido del senador atacado.
La senadora Paloma Valencia, también precandidata presidencial, fue enfática en señalar: “Los violentos no van a escribir el destino de los colombianos”, subrayando la necesidad de que las decisiones políticas provengan del voto y no de las armas.
Por su parte, la senadora María Fernanda Cabal reivindicó el derecho constitucional a la movilización: “Estamos convocando en defensa de la democracia, la vida y la libertad. Nadie debe temer por pensar distinto ni por aspirar a gobernar. Esa es la base de una nación civilizada”, expresó en sus redes sociales.
Incluso figuras distanciadas del uribismo, como la exalcaldesa de Bogotá Claudia López, se sumaron al llamado. “En solidaridad con todas las víctimas de la violencia criminal, que pretende desestabilizarnos como sociedad y democracia, nos vemos el domingo en la marcha del silencio”, escribió en su cuenta oficial.
El eco de una democracia herida
El atentado contra Miguel Uribe, perpetrado recientemente mientras viajaba por carretera en el norte del país, encendió las alarmas en todos los sectores políticos. Aunque el congresista resultó ileso gracias a su esquema de seguridad, el hecho representó un grave retroceso en las garantías democráticas y despertó un amplio clamor ciudadano por la protección de los líderes públicos.
La Marcha del Silencio se convierte, entonces, en una respuesta colectiva a esa amenaza. Un acto cívico, sin gritos ni arengas, donde el silencio hablará por millones de colombianos que se rehúsan a normalizar la violencia como herramienta de poder.
En Neiva, Garzón y Pitalito, como en muchas otras ciudades del país, los ciudadanos acudirán vestidos de blanco, llevando velas o pañuelos, para expresar que la vida, la democracia y la paz deben ser defendidas sin titubeos.
Porque cuando la política es amenazada por las balas, el silencio puede convertirse en el grito más poderoso.