Durante dos años, operaron una red de falsificación que reusaba envases y rendía lubricantes de baja calidad en una fábrica clandestina; la Fiscalía les imputó delitos por usurpación de derechos de propiedad industrial y falsedad marcaria.
Una operación conjunta entre el Batallón de Artillería de Campaña N.° 9 de la Novena Brigada del Ejército Nacional y el CTI de la Fiscalía General de la Nación logró desarticular una presunta red de falsificación y comercialización de aceite automotriz adulterado en la zona industrial de Neiva, capital del Huila.
La acción permitió la captura de un hombre y una mujer que, según la Fiscalía, se dedicaban desde 2023 hasta 2025 a reutilizar y rendir lubricantes de baja calidad, los cuales eran reenvasados en recipientes de marcas reconocidas y vendidos como productos originales. La pareja fue sorprendida en dos establecimientos comerciales donde operaban clandestinamente y ya enfrentan proceso judicial por delitos contra la propiedad industrial y falsedad marcaria.

Una operación encubierta que expuso una red criminal
Según las investigaciones de la Sala de Análisis Criminal (SAC) del CTI, los implicados contaban con una máquina selladora electromagnética que les permitía sellar envases reciclados, los cuales llenaban con lubricante alterado —mezclado o diluido con sustancias de menor calidad— y luego los vendían bajo el rótulo de marcas reconocidas del sector automotor.
Además del aceite, también falsificaban filtros para vehículos, instalando tapas, láminas y anillos de seguridad en un taller improvisado que operaba con maquinaria de calor para simular que eran productos legítimos.
Durante los allanamientos, realizados en la comuna seis de Neiva, fueron incautados 196 galones plásticos, 304 recipientes de un cuarto, múltiples tapas de colores, documentación y una máquina electromagnética que sería clave en el esquema fraudulento.
Recolección de envases y falsificación sistemática
La investigación también reveló que la pareja recolectaba o adquiría envases vacíos de diferentes marcas, los cuales eran parte fundamental de su esquema de falsificación. Tapas, etiquetas y fuentes de calor eran usados para simular productos nuevos, engañando a los consumidores y potencialmente poniendo en riesgo la vida útil de los motores de quienes compraban el aceite adulterado.
Imputaciones y medidas judiciales
Un fiscal de la seccional Huila les imputó a los procesados el delito de usurpación de derechos de propiedad industrial, derechos de obtentores de variedades vegetales (en este caso aplicados a marcas y productos registrados), y falsedad marcaria, delitos contemplados en el Código Penal colombiano.
Durante las audiencias concentradas, un juez de control de garantías impuso a la mujer medida de aseguramiento domiciliaria, mientras que el hombre quedó en libertad, pero deberá seguir compareciendo al proceso judicial.