Fedesarrollo advierte que la economía colombiana podría crecer solo 2 % este año por incertidumbre
La economía mundial se expandiría solo el 3,1 % este año, según proyecciones de Fedesarrollo, por la coyuntura en Estados Unidos y China.
La economía colombiana enfrenta un escenario complejo en 2025. Aunque el centro de investigación económica Fedesarrollo estima que el Producto Interno Bruto (PIB) nacional podría crecer un 2,6 %, advierte que una serie de riesgos podría reducir esa proyección al 2 %. Así lo señala el informe de Prospectiva Económica de marzo, que destaca el impacto de la incertidumbre tanto a nivel interno como global.
Según el análisis, factores como la caída de la demanda externa, las condiciones financieras restrictivas y la persistencia de presiones inflacionarias están limitando el margen de crecimiento económico. A esto se suma el deterioro del entorno internacional, especialmente por la desaceleración de economías como Estados Unidos y China, y el aumento de medidas proteccionistas en el comercio global.
Inflación al alza y consumo débil
En esta edición del informe, Fedesarrollo también ajustó al alza su proyección de inflación para 2025, que pasó del 4,02 % al 4,43 %. La revisión se explica por mayores presiones en precios regulados, servicios y alimentos, lo cual tiene un impacto directo sobre el poder adquisitivo de los hogares y las decisiones de inversión.
“Como resultado, la industria y la construcción enfrentarían un menor crecimiento ante una menor demanda externa y costos de financiamiento más altos, mientras que el comercio se podría ver impactado por la desaceleración del consumo”, indica el documento.
Esta combinación de inflación persistente y tasas de interés elevadas representa un obstáculo para la recuperación económica, especialmente en sectores sensibles al crédito, como el de la vivienda y el consumo durable.
Panorama internacional sin impulso
El escenario externo tampoco ofrece buenas noticias. Fedesarrollo proyecta que la economía mundial crecerá solo 3,1 % en 2025, por debajo del promedio histórico del 3,7 %. Esto se debe principalmente al menor dinamismo de las dos principales economías del mundo —Estados Unidos y China— en un contexto marcado por tensiones geopolíticas, restricciones comerciales y bajo apetito por el riesgo.
El crecimiento de los socios comerciales de Colombia también se desaceleraría, pasando de un 2,8 % en 2024 a un 2,5 % en 2025. Esta tendencia, según Fedesarrollo, se verá influida por nuevas barreras arancelarias impuestas por Estados Unidos hacia varios de sus aliados, lo que a su vez afecta las exportaciones colombianas, en particular las de manufacturas y productos agrícolas.
¿Qué se necesita para crecer al 2,6 %?
A pesar del entorno desafiante, el informe establece que Colombia aún podría alcanzar un crecimiento del 2,6 % en 2025, siempre y cuando se cumplan ciertos supuestos: que el comercio mantenga su dinamismo, que la inversión se recupere, que aumenten las exportaciones y que el gasto público se ejecute eficientemente.
En 2024, el PIB colombiano creció apenas un 1,7 %, por lo que alcanzar el 2,6 % este año significaría una mejora sustancial, aunque aún por debajo del promedio de los años anteriores a la pandemia. Fedesarrollo confía en que, si se reactiva la inversión privada y se estabilizan los precios, la economía podría volver a su tasa de crecimiento potencial en el mediano plazo, cercana al 3,5 %.
Desigualdad regional y riesgos territoriales
El crecimiento económico proyectado para 2025 no será homogéneo en todo el país. Según Fedesarrollo, las regiones que liderarán la expansión este año serán Bogotá y la región Pacífica, impulsadas por el comercio, la recuperación de la industria y el dinamismo del sector público.
Les seguirán la región Central, Caribe y Oriental. Sin embargo, las regiones con alta dependencia del sector minero-energético, como la Amazonía-Orinoquía, el Caribe y la Oriental, seguirán afectadas por la caída en la producción de petróleo y carbón.
En el caso de la región Oriental, el informe advierte un deterioro adicional debido a los recientes enfrentamientos entre la Fuerza Pública y grupos armados ilegales, lo que aumenta el nivel de riesgo para la inversión y el desarrollo en estos territorios.